La crisis sanitaria derivada de la pandemia de COVID-19 ha incidido y puesto de relieve algunos de los problemas que afectan al sector del transporte de mercancías por carretera. Dentro de los mismos destaca el preocupante aumento de la morosidad, pero también la escasa digitalización que existe en el transporte internacional, circunstancia sorprendente porque la digitalización, especialmente a través del eTIR y el e-CMR, se dibuja como una gran solución para facilitar la actividad dentro del escenario que dibuja la propia pandemia en toda Europa.
En esta línea, la Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU) ha señalado que la crisis sanitaria ha provocado pérdidas de facturación de 22.000 millones de euros entre las empresas de transporte de Europa y Asia. Un escenario en el que la digitalización puede ser la mejor aliada de las compañías de transporte al facilitar su actividad y los servicios, ya que se antoja como un elemento clave a la hora de facilitar el flujo de mercancías a la par que se reduce al mínimo el contacto físico.
En esta línea, IRU señala que los servicios de transporte de mercancías por carretera, como eje fundamental para impulsar la recuperación económica y social tras la pandemia de COVID-19, deben apostar por la utilización de herramientas digitales que permitan agilizar este flujo de mercancías. A su vez, la digitalización permite el intercambio de gran parte de la información asociada al transporte sin que exista contacto físico, un factor clave en tiempos en los que reducir la exposición a la enfermedad es fundamental.
Por esta razón, IRU señala que herramientas como eTIR o e-CMR son vitales para facilitar el transporte internacional de mercancías, ya que reducen hasta en cuatro veces los costes burocráticos existentes, al tiempo que agilizan todos los procesos y ofrecen una mayor seguridad en el intercambio de información. Si bien la implementación de estas tecnologías y sistemas está creciendo a gran ritmo, todavía se antoja insuficiente en un mercado tan global en el que entran en juego las normativas de cientos de países.