La pandemia de COVID-19 no sólo ha provocado una grave crisis sanitaria, sino que ha dejado a su estela una importante crisis de carácter económico. El sector del transporte de mercancías por carretera ha sufrido las consecuencias directas de la misma y ahora se preparada para las que pueden venir después. De hecho, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pronostica que la situación derivada del COVID-19 puede generar una subida en el precio de los combustibles por la retirada de algunas exenciones fiscales.
El COVID-19 ha generado en primer término una notable bajada en el precio internacional del barril de petróleo, situación que no ha podido ser aprovechada por gran parte de los chóferes autónomos y empresas por la reducción de la actividad o el cese de la misma. Sin embargo, en términos macroeconómicos, la caída del precio del barril ha generado una oportunidad única para ir eliminando la dependencia de los combustibles fósiles en todo el planeta. Al menos así se ha podido interpretar en ciertos estamentos.
Desde la OCDE se aboga, en la línea de pensamiento de ciertos instituciones y gobiernos, en retirar algunas de las exenciones fiscales que se aplican a los hidrocarburos y al consumo de productos derivados del petróleo. A partir de resoluciones de este tipo, las autoridades pretenden impulsar las inversiones en sostenibilidad y energías alternativas. En esta línea, se calcula el apoyo gubernamental a la producción y consumo de combustibles fósiles ascendió a 425.000 millones de euros a nivel global en 2019.
Pese a que esta cifra supone una disminución respecto a 2018, la tendencia en torno al uso de distintas exenciones fiscales a los hidrocarburos no es lineal y en el pasado ejercicio se registró un aumento del 38% en el apoyo directo e indirecto a la producción de combustibles fósiles en 44 economías avanzadas y emergentes. Sin embargo, el COVID-19 reducirá los subsidios al consumo de combustibles a 160.000 millones de euros este año, lo que se dibuja como una situación para retirar parte de estas ayudas con la consiguiente subida en su precio y apostar por programas en torno a las energías alternativas.