La Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU) ha mostrado su más profunda satisfacción por el voto positivo de la Comisión de Transportes del Parlamento Europeo (TRAN) para la revisión del Reglamento de la Red Transeuropea de Transportes (TEN-T). Este paso es fundamental para que arranque de una vez las negociaciones entre este organismo, el Consejo y la Comisión Europea con fin de dar validez a esta nueva norma y mejorar el enfoque que se tuvo el Consejo en diciembre de 2022, con un apoyo bastante tibio a la industria del transporte por carretera.

La modificación de la regulación que fija la Red Transeuropea de Transportes (TEN-T) ahonda en cuestiones muy importantes para el sector del transporte de mercancías por carretera. La creación de áreas de estacionamiento seguras y protegidas tanto en la red central como en la periférica es la primera de las cuestiones, ya que la fecha límite propuesta por la Comisión de Transportes del Parlamento Europeo para cumplir con los objetivos fijados es 2030 y no 2040 para la red central y de 2040 y no 2050 para la periférica.

Más allá del empuja de la Comisión TRAN en esta cuestión, también se dibujan objetivos más ambiciosos para el despliegue de la infraestructura necesaria para la transición del transporte profesional a tecnologías libres de emisiones. Las estaciones de carga eléctrica y repostaje de hidrógeno deberán estar desplegadas a finales de 2030 para dar soporte al transporte tanto de pasajeros como de mercancías.

Con todo, IRU también señala alguna cuestión negativa del texto aprobado. En este sentido, la organización indica que se debería acelerar los objetivos de desarrollo de nuevas terminales multimodales de mercancías en los grandes núcleos urbanos, ya que la fecha de ejecución límite sigue siendo 2040. Se considera desde IRU que este enfoque es una oportunidad perdida para que el Reglamento de la Red TEN-T incentive la construcción de nuevas terminales y centros que permitan promover la intermodalidad.