La escasez de conductores de camión es uno de los grandes problemas del sector transporte en toda Europa. Una situación que se ha visto agravada por la pandemia de COVID-19 y por el ‘Brexit’, pero también más recientemente por la guerra de Ucrania y la tendencia inflacionista de los mercados. En algunos países la situación empieza a ser límite y la posibilidad de que se den rupturas en las cadenas de suministro es muy cercana. Por eso, la Comisión Europea quiere activar distintos mecanismos para corregir esta situación.
En este aspecto, la Comisión Europea está trabajando en un proyecto que permita satisfacer la demanda de transportistas profesionales a partir de la revisión de la Directiva 2006/126/CE sobre permisos de conducción en la Unión Europea. El objetivo del organismo es reconocer las licencias de conductor de camión obtenidas fuera de la Unión Europea, tal y como ha dejado patente Walter Gotz, jefe del gabinete del Comisario de Transportes de la Unión Europea en un evento online que ha sido organizado por la asociación alemana BGL.
Según ha explicado Gotz, la Comisión Europea está trabajando en una revisión de la directiva que regula las licencias de conducir en la Unión Europea para permitir que las licencias que se obtengan fuera de la UE sean válidas en territorio comunitario. Aunque la primera versión del texto debería estar lista para otoño, Walter Gotz recuerda que el punto clave es la modificación de las normativas nacionales de cada Estado miembro para que puedan ser aprobadas y validadas estas licencias de conducción ‘externas’.
En este aspecto, la propuesta de la Comisión Europea podría ir encaminada a permitir el uso de licencias externas de conductor de camión en los Estados miembro que así lo aprueben, con el añadido de dibujar un plazo de uso por el cual estas licencias pasan a ser comunitarias. Gotz definía esta posibilidad asegurando que si un conductor profesional realiza su labor durante cinco años en suelo comunitario con una licencia obtenida fuera de la Unión Europea, esta licencia puede ser reconocida por la Unión Europea y todos sus Estados miembro.