La Comisión Europea ha aprobado un programa destinado a Italia para ayudar al sector del transporte de mercancías por carretera del país en el contexto económico actual. Esta línea de ayudas con un presupuesto de 526,5 millones de euros pretende dar respuesta a la compleja situación que ha dibujado la invasión rusa de Ucrania. Este régimen fue aprobado a través del protocolo TFUE por la grave perturbación que está sufriendo la economía italiana en los últimos meses, como ha explicado la vicepresidente ejecutiva de la Comisión, Margrethe Vestager.

Italia instó a la Comisión a aprobar un plan de 526,5 millones de euros para apoyar de forma efectiva a los operadores de transporte por carretera del país en el contexto de la invasión rusa de Ucrania. El objetivo es proporcionar apoyo y liquidez a las empresas de transporte afectadas por el aumento del precio del Diésel, por lo que esta línea de ayudas está abierta a todas las empresas de transporte por carretera registradas en Italia que se vean afectadas por la situación de crisis actual.

Los beneficiarios tendrán derecho a recibir una cantidad concreta en forma de crédito fiscal y se concederá por la compra de Diésel y AdBlue para el repostaje de vehículos de transporte de mercancías por carretera de más de 7,5 toneladas de MMA y que tengan una motorización Euro 5 o posterior. Siguiendo las doctrinas europeas, las ayudas no superarán los 400.000 euros por empresa y se concederán no más tarde del 31 de diciembre de 2022 para cumplir así con las condiciones establecidas en el Marco Temporal de Crisis.

El Marco Temporal de Crisis de la Unión Europea define tres pautas claras a la hora de aceptar ayudas estatales de este tipo. La primera es que la cuantía de las ayudas sea como máximo de 35.000 euros por empresa en los sectores de la agricultura, pesca y acuicultura y de 400.000 euros en el resto de sectores -incluido el transporte-. Las mismas deben apoyar la liquidez de las empresas en forma de garantías estatales o préstamos subvencionados y por último debe servir para compensar los altos precios de la energía. Además, el modelo de ayudas debe tener una metodología proporcional, unas claras condiciones de elegibilidad y fijar requisitos de sostenibilidad.