El Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC) ha convocado un paro en el sector del transporte de mercancías por carretera para los días 27 y 28 de julio como respuesta a la decisión del Ejecutivo central de aprobar la utilización de camiones de 44 toneladas y 4,5 metros de altura. Carmelo González, presidente del CNTC, ha comunicado esta decisión durante la reunión que ha mantenido en la mañana del lunes 22 de junio con Pedro Saura, Secretario de Estado de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana.
La decisión del Gobierno central de incluir la aprobación de los camiones de 44 toneladas y 4,5 metros de altura dentro del Plan de Impulso de la cadena de valor de la industria de la automoción ha sido la gota que ha colmado el vaso. El transporte, sector realmente afectado por la crisis del COVID-19 pese a ser actividad esencial, ha decidido levantarse en armas contra este cambio en la normativa reguladora del peso y dimensiones de los vehículos del transporte de mercancías por carretera de la mano del CNTC.
Desde el Comité se señala que el ataque al sector con el uso de camiones de 44 toneladas y 4,5 metros no está tan sólo en la propia medida, sino en la actuación fría y ocultista del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana encabezado por José Luis Ábalos. No obstante, la inclusión de esta modificación en la normativa reguladora no fue notificada en la reunión que mantuvieron representantes del sector con el ministro Ábalos el 4 de junio y tampoco se ha notificado de manera interna al sector antes de la publicación del Plan de impulso de la cadena de valor de la industria de la automoción.
Por este motivo, la CNTC ha convocado un paro patronal para los días 27 y 28 de julio, medida que ha sido aprobada con un 97% de votos positivos en el pleno del propio Comité. Desde el mismo se señala que la anulación de la aprobación de uso de los camiones de 44 toneladas y 4,5 metros de altura es un punto indispensable para retirar esta convocatoria de paro programada para finales del mes de julio, medida que puede provocar un desabastecimiento real que no se ha dado durante la crisis del COVID-19 por el esfuerzo del sector.