La salida de Reino Unido de la Unión Europea ha sido larga, pero sobre todo costosa. Quizá no a nivel político, pero si a nivel comercial. Y el sector del transporte de mercancías por carretera se ha visto muy afectado por este proceso. Aunque todavía hay más cambios en los protocolos fronterizos por venir a partir del 1 de enero de 2022, la situación actual ya dibuja un escenario en el que se pueden apreciar de forma visibles las implicaciones que ha tenido el ‘Brexit’ para el transporte de mercancías por carretera.
A nivel interno, la cadena de suministro dentro de Reino Unido está en una situación crítica. El movimiento de 4,4 millones de vehículos de carga al año entre la Unión Europea y Reino Unido se ha reducido de manera drástica. El tráfico de mercancías y trabajadores también ha caído en picado. Sin un intercambio de mercancías sólido, la escasez de conductores y vehículos se ha hecho notar rápidamente. Los efectos de la pandemia de COVID-19 han hecho el resto para dejar a la actividad contra las cuerdas por el mayor número de jubilaciones entre los chóferes y los fallecimientos de algunos de ellos.
Por ende, el ‘Brexit’, el COVID-19 y las reformas fiscales realizadas por Reino Unido han dado lugar a la tormenta perfecta para agravar la escasez de conductores, dando lugar a una crisis sin precedentes. El éxodo de conductores extranjeros de Reino Unido ha sido masivo en los últimos meses, sobre todo entre la comunidad de Europa del Este. Una situación que no ha hecho más que aumentar el poco interés de los operadores de cruzar el Canal de la Mancha. El volumen de camiones con rumbo a Reino Unido ha caído un 16%. En sentido contrario, un 24%.
El despliegue del ejército para paliar los cuellos de botella de la cadena de suministro en Reino Unido ha sido insuficiente, como también la emisión de visados de trabajo temporal. Tampoco ha sido de gran ayuda la petición a los conductores jubilados de retomar su trabajo y el efecto de la flexibilización de la normativa que define los tiempos de conducción y descanso o el acceso a la actividad no ha sido determinante. Tampoco la relajación de las reglas de cabotaje ha servido para dar la vuelta a la actividad en las semanas previas a un momento crítico como la campaña navideña.