La Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) ha sido una de las asociaciones más activas durante el paro promovido por la Patronal Nacional por la Defensa del Transportes a la hora de intentar asegurar la seguridad de los transportistas, profesionales autónomos y empresas que tomaron la decisión de continuar con su trabajo. Ahora que este paro se está diluyendo, pese a la decisión de la plataforma convocante de continuar con el mismo, CETM denuncia las agresiones sufridas por autónomos y empresas durante las dos últimas semanas.

CETM ha manifestado en primer término su comprensión y agradecimiento a los transportistas que han ejercido su derecho a paro de forma pacífica, así como a los profesionales autónomos y empresas que decidieron detener su actividad. Pese a que la mayoría ha apostado por la vía pacífica a la hora de reclamar lo que creían justos, la confederación no obvia la situación generada por la falta de sensibilidad de parte de los convocantes del paro que han llevado a cabo acciones violentas o de coacción para impedir el normal desarrollo de su actividad a otros compañeros.

Aunque CETM siempre ha apostado por la vía del diálogo con el Gobierno a través del Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC), también manifiesta su respecto hacia todos los autónomos y empresas que decidieron detener su actividad. Sin embargo, desde la asociación se considera inadmisible las amenazas que sufrieron conductores y empresas, así como los actos violentos que no tenían la intención de informar de la convocatoria de paro y sí obligar a secundarlo.

Poner en riesgo a conductores y empresas, destrozando en muchos casos las ruedas, cristales y las lonas de los camiones, persiguiéndolos con vehículos particulares o cortando los cables de los frenos, con el riesgo que ello conlleva, no es aceptable. Desde CETM señalan que no hay nada que justifique el hecho de destrozar el medio de vida de muchas personas por el simple hecho de haber tomado otro camino ante el paro del transporte, ya que estos actos violentos suponen pérdidas millonarias para los autónomos y pequeñas empresas.