La entrada en vigor hoy de la prohibición de la realización de las tareas de carga y descarga por parte de los conductores profesionales dibuja un nuevo escenario en el sector del transporte de mercancías por carretera. Las reglas han cambiado y los cargadores lo saben, por lo que las empresas trabajan en afinar los procesos para evitar las ineficiencias que se pueden dar en los primeros días desde el inicio de esta prohibición. Así lo confirma el secretario general de la asociación de empresas cargadoras Transprime.
En este sentido, Jordí Espín ha asegurado que «el buen entendimiento entre cargadores y sus clientes es necesario para adaptarse al nuevo escenario. Es importante evitar solapamientos operativos. El diálogo es básico para que los nuevos procesos incorporen los requisitos que se dibujan en la nueva normativa. Puede haber un incremento del coste de manera transitoria durante el periodo de adaptación del nuevo personal encargado de estas tareas».
Uno de los problemas a los que se enfrentan los cargadores al asumir las tareas de carga y descarga que antes hacían -casi por obligación- los conductores pasa por los picos de trabajo. No es lo mismo tener a 30 conductores cargando o descargando simultáneamente que tener que hacerlo con medios propios, sobre todo porque hay momentos en los que hay 30 camiones en plena operativa, pero hay otros instantes en los que el volumen de vehículos se reduce a la mínima expresión.
Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de Astic, dibuja otra perspectiva: «Habrá fricciones y malentendidos que aclarar en los puntos de carga y descarga de los clientes. La intervención directa del conductor es una práctica que había tenido un crecimiento desmedido y con esta nueva norma se protege su figura, aunque suponga una fractura en el comportamiento habitual. Eso siempre trae turbulencias, pero esperemos que sean pocas ya que vamos a un escenario de mayor equilibrio entre las partes«.