Los empresarios del sector del transporte de mercancías por carretera veían algunos brotes verdes dentro de la actividad. Al menos la confianza de la patronal durante los dos últimos trimestres seguía una tendencia al alza. Circunstancia que se ha cortado de raíz a partir de los nuevos acontecimientos que han azotado al transporte, siendo el principal el descontrolado aumento del precio del combustible desde junio. La perspectiva sobre la evolución de los precios en el sector también empeora.
A partir de los datos que arroja el Índice de Confianza Empresarial Armonizado del INE, tras dos trimestres de mayor confianza, la tendencia se ha invertido. En concreto, la confianza dentro del segmento del transporte y la hostelería registra un descenso del 7,36% de cara al último trimestre de este año. En concreto, el 23,3% de los gestores de empresas de transporte consideran que la marcha de sus compañías será desfavorable durante el último trimestre de 2023, mientras que el 57,1% creen que el comportamiento será acorde a sus expectativas.
Tras la buena evolución de los dos trimestres anteriores, la confianza empresarial en el sector del transporte se ha resentido, dibujando un saldo entre opiniones optimistas y pesimistas negativo, algo que contrata con la posición positiva que se dibuja en otras actividades. Entre otras cosas porque el 69,6% de los gestores de transporte consideran que los precios de los servicios de transporte se van a mantener estables en el último cuarto de 2023, incluso si los costes operativos han aumentado.
Datos que contrastan con un tercer trimestre en el que casi 1 de cada 4 empresarios del sector creen que el comportamiento de la actividad ha sido favorable. Si sumamos este 24,9% de opiniones positivas con el volumen del 56,3% de los gestores de transporte que consideran que la actividad se ha comportado según sus expectativas, en el tercer trimestre se registró un saldo positivo de 6,1 puntos.