Un año de Brexit. El final de 2021 sirve para hacer balance del primer año de Reino Unido lejos de la Unión Europea. Un año marcado por la pandemia, pero también por los problemas que ha generado el propio Brexit. Los nuevos requisitos aduaneros y la crisis de suministro que ha vivido el país como consecuencia de la falta de conductores definen el divorcio británico de Europa. Por el camino, el volumen de mercancías transportadas desde España a Reino Unido sigue cayendo por una serie de problemas que amenazan el sistema británico.
La falta de conductores, los requerimientos sanitarios y los nuevos controles exigidos por parte de Reino Unido a las importantes desde cualquier Estado miembro de la Unión Europea han provocado un descenso en el intercambio de mercancías que por momentos ha llegado al 39%. Y aunque el relato asegura que 2022 servirá para estabilizar la situación, transportistas, transitarios y cargadores no terminan de ver que la situación vaya a ser mejor. De hecho, los nuevos requerimientos aduaneros en forma de certificados sanitarios o fitosanitarios, controles físicos en las fronteras o declaraciones de importaciones no facilitan esta situación.
Aunque sobre el papel Reino Unido ha pasado a ser un tercer país respecto a la Unión Europea como cualquier otro, la utilización del sistema GVMS para registrar cada movimiento de salida y entrada de mercancías de Reino Unido han provocado congestiones en las fronteras y un importante aumento de los costes en el transporte. Además, se ha producido una situación en la que los retornos en vacío procedentes de Reino Unido han aumentado entre un 25 y un 30%, haciendo sobre la práctica que uno de cada dos camiones vuelva sin mercancía.
Expertos del sector señalan que el Brexit ha ayudado a poner de manifiesto que las cadenas logísticas y de transporte a nivel global son vulnerables. Al final, los costes derivados de llevar a cabo un servicio de transporte con destino Reino Unido han crecido hasta un 20%, por lo que el mercado británico ha dejado de ser atractivo y las pequeñas empresas de transporte han derivado su actividad a otros mercados. La escasez de conductores y la tendencia de mercado han provocado problemas en la cadena de suministro y, en última instancia, el encarecimiento de los productos en los comercios de Reino Unido.