La crisis sanitaria y económica que afecta a toda Europa por la pandemia de COVID-19 ha complicado aún más el complejo proceso del Brexit en Reino Unido. La ronda de reuniones y de conversaciones para definir el marco normativo de la nueva relación entre el país británico y la Unión Europea ha cambiado de punta a punta, aunque eso parece que no afectará a sus plazos de ejecución. Boris Johnson, primer Ministro de Reino Unido, ha ratificado una vez más que no tiene previsto prorrogar la fecha de entrada en vigor del Brexit más allá de enero de 2021.
La posición tajante de Boris Johnson no es nueva, pero sí muy a tener en cuenta. No obstante, desde el Ejecutivo del Reino Unido se señala que el Brexit con la Unión Europea se realizará en enero de 2021 con o sin acuerdo, toda vez que las negociaciones no están avanzando al ritmo previsto. De esta forma, Reino Unido camina paso a paso hacia el Brexit casi de una manera unilateral, ya que el ‘distanciamiento’ entre el país británica y Michel Barnier, jefe negociador de la Comisión Europea, es evidente.
En la tercera ronda de conversaciones se ha hecho palpable de manera más evidente la falta de avances en temas vitales como son la necesidad de garantizar un marco de competencia equilibrado. Tampoco una progresión en cómo estructurar la gobernanza de la futura relación entre Reino Unido y la Unión Europea. Además, desde el organismo europeo se señala que hay una falta de ambición y cierta dejadez por parte de los emisarios británicos en algunos puntos concretos de la negociación. Una situación peligrosa ante la cercanía de la fecha prevista para el Brexit.
Con poco más de siete meses para la fecha de introducción del Brexit, Reino Unido y la Unión Europea aún no tienen un acuerdo comercial desprovisto de aranceles y cuotas. Tampoco hay una estructura definida para asegurar un marco de competencia justo ni existe base alguna para el acuerdo de una asociación integral entre ambas partes. Una situación que, desde la parte británica, con David Frost a la cabeza, se achaca a la insistencia de la Unión Europea de incluir disposiciones nuevas totalmente desproporcionadas. La próxima ronda de negociaciones será a principios de junio.