Austria ha decidido saltarse la premisa de la Unión Europea para preservar los denominados ‘corredores verdes’, sistema que permite asegurar la cadena de suministro y el abastecimiento de productos en todo el continente. En una decisión unilateral realmente polémica, Austria exige pruebas PCR negativas a los transportistas que accedan al país por la frontera con Italia. Aunque esta medida sigue los pasos de las tomadas por Alemania y otros Estados miembro, el Gobierno austriaco ha ido un paso más lejos con la exigencia de estas pruebas PCR.
Esta medida afectará a miles de transportistas que tienen Austria como país de destino de sus servicios o que utilizan la red de autovías del país como punto de paso hacia otros países, ya sea desde Italia u otros países del sur de Europa. De hecho, esta situación promete ser nuevo contratiempo para los transportistas españoles que realicen servicios al país austriaco, ya que Italia es punto de paso casi obligado para acceder al país alpino. Una situación que supone un nuevo revés para el sector transporte.
Y es que el ‘cierre de fronteras’ llevado a cabo por Alemania, Bélgica, Portugal o Francia se ha quedado en ‘nada’ en comparación con la resolución del Ejecutivo austriaco. Al final, cualquier transportista profesional deberá presentar una prueba PCR negativa para entrar en Austria a través del paso fronterizo de Brennero, sea cual sea su nacionalidad y sin importar el punto de origen o si han estado en zonas de alto riesgo o no. Ante esta circunstancia, Italia ha dispuesto de centros de atención a los transportistas para realizar gratuitamente estas pruebas.
Aunque la UERT está trabajando para acabar con esta exigencia de Austria, lo cierto es que la situación supone un ataque frontal contra la recomendación de la Comisión Europea a todos los Estados miembro de salvaguardar el transporte de mercancías por carretera. La medida tomada por Austria y la exigencia de estas pruebas PCR provoca de forma evidente que los denominados ‘corredores verdes’ no estén abiertos para un libre y fluido tránsito de mercancías para asegurar el abastecimiento de todos los Estados miembro de la Unión.