Los «chalecos amarillos» han sido culpados de un preocupante aumento en el número de muertes en carretera en Francia a pesar de la decisión del gobierno de reducir el límite de velocidad en las carreteras del país. El 60% de los radares de velocidad de Francia han sido dañadas o destruidas por los «chalecos amarillos».
El departamento de seguridad vial de Francia atribuyó el mes pasado un aumento del 17% en los accidentes mortales de tráfico a la destrucción de los radares de tráfico por parte de los «gilet jaunes», muchos de los cuales se vieron envueltos en una ola ataques después de que el gobierno fracés redujera el límite de velocidad en las carreteras secundarias de 90 kilómetros por hora a 80 km/h.
En febrero, 253 personas murieron en accidentes de tráfico en Francia, unas 37 más que en el mismo mes del año pasado. La cifra también sufrió un importante aumento desde enero, cuando 238 personas fallecieron en carretera.
«El efecto de los daños generalizados a los radares fijos está aumentando y se está haciendo sentir en el deterioro del comportamiento en toda la red«, dijo el departamento de seguridad vial del Ministerio del Interior en un comunicado.
La revuelta de los «chalecos amarillos» estalló en las zonas rurales y suburbanas de Francia a mediados de noviembre ante la perspectiva de una subida de los impuestos sobre los carburantes. Pero rápidamente se transformó en un movimiento más amplio contra las reformas económicas del presidente Emmanuel Macron, que se considera que favorecen a los ricos de las ciudades por encima de los pobres de las provincias.
Un punto importante para la revuelta fue la introducción el pasado mes de julio del nuevo límite de velocidad en Francia en las carreteras secundarias, visto por los críticos como otro ataque del gobierno para grabar a los automovilistas rurales con multas. Las autoridades estiman que el coste de reparación de los radares asciende a 40 millones de euros y el lucro cesante por exceso de velocidad a 500 millones de euros.
Mientras que el número de radares averiados ha disminuido desde entonces, el delegado del gobierno para la seguridad vial, Emmanuel Barbe, dijo que los automovilistas ya no temen ser sorprendidos por exceso de velocidad, lo que provoca una conducción más rápida y temeraria, una situación que calificó de «extremadamente preocupante«.
El aumento de las muertes en carretera se produjo sólo dos meses después de que las autoridades anunciaran que el número de víctimas mortales había alcanzado un mínimo histórico el año pasado, cuando unas 3.250 personas murieron en accidentes de tráfico en la Francia continental, nueve menos que el récord anterior en 2013.
Edouard Philippe, primer ministro, dijo que la relación entre la caída y las restricciones de velocidad era «sin ambigüedades» y que gracias a ellas se habían salvado 116 vidas. «Tomamos una decisión que sabíamos que era impopular«, dijo. «Estamos orgullosos de los resultados, de las vidas salvadas.»
El Senado francés, ha votado a favor de conceder a las autoridades locales la facultad de anular las nuevas restricciones en determinados casos. El Gobierno quiere mantenerlas en vigor al menos hasta el año que viene para que se pueda evaluar plenamente su efecto, pero mientras tanto, se sigue trabajando en la reactivación de los radares fijos.
1 Comment
pepeo
3 abril, 2019 - 6:54 pmcorrelación no indica causalidad