La Asociación de Transportistas Autónomos (ATA) ha denunciado que la línea de ayudas para la transformación de flotas no es adecuada a la realidad actual del sector del transporte de mercancías por carretera. Al final, el texto de estas ayudas facilita el acceso a tecnologías que todavía no ofrecen las garantías suficientes, que se producen en un limitado volumen y a un precio elevado y en las que no existen grandes alternativas. Mientras tanto, las ayudas dejan fuera a los nuevos motores Diésel.

La presentación del paquete de ayudas del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana con fondos de la Unión Europea para la transformación de flotas que se ha realizado en Madrid pone de manifiesto lo que muchos actores del sector ya presagiaban, estas ayudas no son realistas. Ni los camiones con pila de combustible de hidrógeno ni los camiones con baterías son a día de hoy alternativas viables, tal y como explican desde ATA. Por ende, la línea de ayudas no sirve para cumplir con el objetivo fijado en un principio.

Los portavoces de ATA insisten en que cualquier profesional que esté valorando la opción de cambiar su camión o flota de vehículos sólo tiene la opción en el mercado actual de comprar camiones con motores Diésel de última generación, vehículos que están fuera de esta línea de ayudas con un presupuesto total de 16.658.874 euros. Por el contrario, la oferta de camiones con pila de combustible de hidrógeno o camiones eléctricos es prácticamente nula y a unos precios inaccesibles. Además, su funcionalidad como herramienta de trabajo está en duda.

En resumen, la línea de ayudas para la transformación de la flota ni ayudan ni permiten que se modernice la flota de camiones, lo que sin duda en un sinsentido. Incluso si el 45% de la línea de ayudas está destinada al achatarramiento de vehículos de avanzada edad, no deja de ser curiosa la definición de estas ayudas que, por otra parte, sólo son ejecutadas por el Gobierno central a través de las Comunidades Autónomas a partir de las directrices marcadas por Bruselas.