Alemania ha sido uno de los Estados miembro que ha decidido blindarse ante la tercera ola de la pandemia de COVID-19 con medidas unilaterales de ‘cierre’ de fronteras. Aunque a decir verdad el tráfico de personas, vehículos y mercancías sigue estando permitido, el mismo queda sujeto a controles, restricciones y exigencias de pruebas PCR incluso a chóferes profesionales. Medidas que atentan contra las recomendaciones de la Unión Europea de mantener abiertos los ‘corredores verdes’ para asegurar así el transporte de mercancías y el abastecimiento de la población.
Con el paso de los días, la Unión Europea ha aumentado su presión sobre Alemania y el resto de los países que han aplicado este ‘cierre’ fronterizo, logrando eso sí un efecto contrario en el Gobierno germano. De hecho, en una muestra de supremacía mal entendida, Alemania no sólo ha decidido mantener las medidas restrictivas en sus fronteras, sino que ha lanzado un órdago a la Unión Europea y ha aprobado una prórroga de estas duras medidas de control hasta el 3 de marzo.
Cabe recordar que las restricciones fronterizas en Alemania entraron en vigor el pasado 14 de febrero. Fijadas por diez días, estaba previsto inicialmente que estas medidas se levantaran el 24 de febrero. Sin embargo, el Gobierno dirigido por Angela Merkel ha decidido prolongar su aplicación hasta el 3 de marzo, en una muestra de poder frente a la Unión Europea que manda al traste la petición de la IRU a la canciller de levantar la necesidad de presentar un test de COVID-19 negativo para los conductores profesionales que quieran entrar en territorio alemán.
Ante esta postura supremacista de Alemania y de Austria -medidas hasta el 5 de marzo-, la Unión Europea queda en una posición de gran fragilidad. No obstante, el objetivo de mantener de respetar el espacio Schengen para asegurar la libre circulación de mercancías en Europa ha caído en saco roto. Una grave situación que perjudica el mercado interior y puede llegar a poner en peligro el correcto abastecimiento de la población y de otros sectores económicos vitales que dependen del transporte de mercancías para su correcto funcionamiento.