Los transportistas profesionales beneficiarios del gasóleo profesional tienen la obligación de presentar de rendir cuentas con la Agencia Tributaria y comunicado el kilometraje realizado en el ejercicio anterior. En relación a 2021, la declaración ante la Agencia Tributaria tendrá que llevarse a cabo antes del 31 de marzo, fecha límite impuesta por el organismo. De cara al nuevo año, el Gobierno ha optado por mantener la devolución de 4,9 céntimos por litro, si bien esta cifra puede variar a lo largo de 2022.
La Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (FENADISMER) recuerda a los transportistas beneficiarios del gasóleo profesional, tanto de mercancías como de viajeros, así como a los taxistas, que para poder reclamar esta devolución deben estar dados de alta en el Censo de Beneficiarios del Gasóleo Profesional y tienen la obligación de presentar antes del 31 de marzo la citada declaración de los kilómetros anuales recorridos durante 2021 con los vehículos que figuren en dicho censo para poder hacer efectiva esta devolución.
El importe que se devuelve en concepto de gasóleo profesional se calcula por la diferencia que existe entre el precio normal del combustible y el que se fija a particulares una vez que se aplica el impuesto de hidrocarburos. Los beneficiarios del gasóleo profesionales son aquellos titulares de camiones de más de 7,5 toneladas de MMA, autobuses y taxis a partir del consumo que realicen con las tarjetas de carburante para gasóleo profesional en estaciones de servicio o en sus propias bases a través de una unidad de suministro propio debidamente legalizada.
Para 2022, la Agencia Tributaria devolverá trimestralmente la diferencia citada en la cuenta bancaria designada por el beneficiario a razón de 4,9 céntimos por litro, salvo en Canarias y que su régimen impositivo sobre los carburantes es diferente. Sin embargo, este importe podría aumentar a lo largo del año si el Gobierno tramita la esperada subida del impuesto sobre el Diésel para particulares en su objetivo de equiparar su fiscalidad a la que tiene la gasolina. Un movimiento que sí sería perjudicial para los transportistas que no tienen vehículos que puedan acogerse a la figura del gasóleo profesional.