Las principales organizaciones del sector de carburantes, AEVECAR, AOP, CEEES y UPI, han solicitado al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) un mayor compromiso y control para combatir el fraude en la distribución de carburantes. Subrayaron la necesidad urgente de implementar medidas más estrictas que erradiquen prácticas fraudulentas como el fraude en el IVA.
En España, el fraude en la venta de carburantes afecta entre el 25% y el 30% de las ventas totales, lo que genera pérdidas, principalmente para el fisco, superiores a los 1.000 millones de euros.
Fraude del IVA: un problema recurrente sin solución
El fraude en el IVA en la distribución de carburantes es una de las prácticas más lucrativas y perjudiciales para el sector, habiendo generado ventas fraudulentas de 26.000 millones de euros en la última década.
Para llevar a cabo esta actividad ilegal, las mafias involucradas crean y disuelven empresas con rapidez para evitar ser detectadas, dificultando así su identificación. Para combatir este problema, el sector ha propuesto medidas como la obligación de liquidar el IVA mensualmente y la implementación del Suministro Inmediato de Información (SII) en toda la cadena de comercialización, lo que permitiría un rastreo más eficiente y complicaría las actividades fraudulentas.
El fraude del IVA es la mayor estafa en la venta de carburantes, pero no es la única práctica ilegal: la mezcla de carburantes con calidades dudosas, la omisión de biocarburantes o el contrabando de carburantes completan el círculo de la competencia desleal, afectando tanto al sector como al medio ambiente.
Estas prácticas ilegales no solo permiten a los defraudadores ofrecer precios más bajos, perjudicando a los competidores legales, sino que también comprometen la calidad del producto y el rendimiento de los vehículos, además de reducir los ingresos fiscales del Estado.
…hasta mezclarlos con disolventes
El fraude en la venta de carburantes tiene múltiples facetas y generalmente busca evadir impuestos, reducir costos o comercializar productos de calidad inferior, perjudicando tanto al consumidor como a las gasolineras que operan legalmente. Algunos ejemplos comunes de este tipo de fraude son:
1- Fraude en el IVA. Es el más extendido y conocido. Los defraudadores adquieren carburante sin declarar el IVA correspondiente, comercializándolo a precios más bajos sin reportar esas ventas a Hacienda, lo que les permite ofrecer precios sin competencia.
2- Mezcla de carburantes. Algunos operadores mezclan carburantes con otros de menor calidad o incluso con sustancias no permitidas, como aceites usados, disolventes, etanol o incluso agua. Esto les permite vender el producto final a un precio muy reducido, pero puede afectar el rendimiento de los vehículos y dañar los motores, además de ser ilegal.
3- Incumplimiento en la mezcla de biocarburantes. La normativa europea exige que los carburantes incluyan un porcentaje de biocarburantes para reducir las emisiones de CO2. Algunos operadores piratas eluden esta normativa, obteniendo mayores márgenes de forma ilegal y desleal, con un impacto negativo en el medio ambiente.
4- Carburante de contrabando. El carburante puede ser importado ilegalmente desde otros países donde los impuestos o los costos de producción son más bajos. Luego se vende en el mercado sin pagar los impuestos nacionales, permitiendo precios más bajos pero ilegales.