Por su ubicación estratégica, el Puerto de Algeciras debería ser una de las grandes puertas del transporte marítimo internacional para España, además de llave para un potente transporte intermodal en el que el camión tenía que tener un papel protagonista. Pese a que es uno de los grandes enclaves portuarios españoles, la realidad es que el sistemático olvido por parte del Gobierno ha restado competitividad al Puerto de Algeciras, incluso si por su posición estratégica lo más fácil era potenciar este papel.

Por ese motivo, la inversión de 1.228 millones de euros que ha destinado desde el Gobierno a mejorar el Puerto de Algeciras tras la reciente visita del ministro de Transporte, Óscar Puente, a principios de mes, se antoja como parte de una apuesta tardía e insuficiente. Es innegable que servirá para mejorar las instalaciones y conectividad del Puerto de Algeciras, incluso se intuye que permitirá que haya un mayor volumen de tráfico de mercancías, pero no será suficiente porque es un parche que llega tarde.

Y lejos de entender esto como un problema del sistema portuario o del transporte marítimo hay que entender que la posición de debilidad del Puerto de Algeciras respecto a Tánger Med, con un volumen de negocio que crece año a año duplicando ya el volumen del puerto español, afecta también al transporte de mercancías por carretera y al transporte por ferrocarril. De hecho, este es un gran debe histórico que ni siquiera ahora parece que se vaya a solucionar a corto plazo

Porque esta ‘lluvia de millones’ servirá para tener una única vía electrificada que no resuelve el problema de décadas del Puerto de Algeciras, que reclama estar conectados por sistema de doble plataforma y con ancho internacional. No queda claro qué piensa hacer el Gobierno al respecto, porque el transporte ferroviario y por carretera deben crecer a la par que el Puerto de Algeciras logra una ampliación adecuada de sus instalaciones para alcanzar a nuevos mercados.