Las medidas de carácter económico y social que ha tomado el Gobierno de Francia con el fin de atender las demandas del sector agrícola parecen no ser suficientes y los agricultores más escépticos van a seguir con las protestas. De hecho, el objetivo para este jueves 1 de febrero es bloquear de nuevo la A9 en el peaje sur de Perpiñán, conocido como el peaje de Le Boulou. Al frente de la protesta están la Federación Departamental de Sindicatos de Explotaciones Agrícolas de los Pirineos Orientales (FSDEA 66) y la asociación Jóvenes Agricultores (JA 66).
Con el objetivo de cerrar el círculo, los agricultores quieren volver a bloquear la plataforma de la autopista A9 en Le Boulou con el fin de colapsar el paso fronterizo con España. Desde primera hora de la mañana, los agricultores de la zona ya han iniciado una operación caracol para ralentizar el tráfico y conseguir el bloque edl citado peaje al mediodía. Una vez logrado este objetivo, veremos en qué términos, abandonarán de nuevo el peaje en marcha lenta para terminar con esta protesta.
Lo cierto es que todavía hay decenas de bloqueos en las carreteras de Francia y el ambiente está lejos de calmarse. Los transportistas españoles siguen atrapados en distintos puntos del país vecino o en naciones limítrofes al no atreverse a circular por Francia por miedo a ser asaltados. De hecho, en las últimas 48 horas se ha producido un repunte de los ataques a camiones. Lo más grave es que los manifestantes tiran la carga al suelo en presencia de los agentes de la Gendarmería sin que estos hagan nada.
A la situación en Francia hay que sumar el efecto espejo en otros países, ya que agricultores belgas, italianos (en la región de Lombardía) y portugueses también han iniciado movilizaciones para defender sus intereses. Mientras tanto, en territorio francés, las carreteras N10 y A10 se han convertido en el punto negro de las protestas. En menos de 48 horas se han vaciado y/o volcado hasta 17 camiones, mientras que otros agricultores siguen en su empeño de bloquear los acceso a París y al mercado sur de Rungis, aunque parece que sin éxito.