El caramelo envenenado de la prematriculación de camiones y autobuses por el nuevo tacógrafo inteligente

La manipulación intencionada del tacógrafo del camión supone un delito de falsedad documental, dentro del la categoría de simulación.

La integración de los nuevos tacógrafos inteligentes de segunda generación está resultado un auténtico dolor de cabeza para los fabricantes de camiones y autobuses, para todos y cada uno de los actores del transporte profesional e, incluso, para las autoridades. La entrada en vigor de los nuevos dispositivos fue en 2023, pero los problemas de producción y de homologación de estos tacógrafos y el hecho de no tener disponibles todas las funcionalidades -por la no activación del sistema GPS a utilizar- llevaron a dibujar un periodo de gracia desde agosto en adelante.

En el caso de España, el Ministerio de Industria y la DGT definieron una suerte de régimen extraordinario de prematriculación de camiones y autobuses con el que los vehículos nuevos no tenían que equipar el tacógrafo inteligente de segunda generación por la falta de este tipo de dispositivos. Sin embargo, los transportistas y empresas de transporte que adquirieron estos vehículos el nuevo modelo de tacógrafo ahora se encuentran sin saber muy bien cuáles son los plazos de la ITV y quién asumirá el coste de la sustitución obligatoria del tacógrafo que deben hacer antes de 2025.

Se estima que unos 5.000 camiones y autobuses están afectados por esta medida de carácter extraordinario. En este sentido, todos los transportistas que tienen camiones adquiridos en este periodo cuentan con un permiso de circulación en el que consta como fecha de primera matriculación el 18 de agosto de 2023, para a continuación, en el propio documento, poner la fecha posterior real de matriculación. Una cuestión que dibuja un dilema, ya que los dueños de estos camiones no saben si tienen que pasar su primera ITV en 2024 en la fecha asignada o en la fecha real de matriculación.

Además, en torno al 40% de estos vehículos llevan a cabo servicios de transporte internacional, por lo que se verán obligados a cambiar el tacógrafo que montaron los camiones por el nuevo dispositivo de segunda generación antes de agosto de 2025, sustitución que tiene un coste que no está muy claro quién va a asumir. Una cuestión que nadie parece tener en cuenta cuando los transportistas compraron sus camiones y autobuses en fecha para tener el nuevo tacógrafo inteligente de segunda generación, aunque en realidad tengan uno viejo y deban sustituirlo, como le sucede a unos 140.000 vehículos más.

Fernando Sancho

Redactor especializado en movilidad, transporte de mercancías por carretera y las actividades anexas al sector.

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