El sector del transporte de mercancías por carretera tiene que lidiar con el problema de la falta de conductores profesionales. Una situación cada vez más grave por la ausencia de un relevo generacional claro y el consiguiente envejecimiento de los chóferes de camión que sí están en activo. Una situación que se combina con el propio hartazgo que sufren los conductores por las condiciones laborales y sociales que tienen que soportar y que provoca que casi el 70% de los chóferes no se vea ejerciendo la profesión en diez años.

Aunque la gran mayoría de conductores profesionales ponen en relieve la mejoría que supone el uso de nuevas tecnologías en sus camiones y en el desarrollo de su actividad, la profesión sigue siendo muy dura. Largos periodos de tiempo fuera del hogar, jornadas interminables y la inseguridad que se vive en carretera son algunos de los factores que señalan los conductores profesionales cuando se habla de insatisfacción dentro de la actividad. De hecho, son muchos los puntos a mejorar.

En una reciente encuesta, 8 de cada 10 conductores señalaban que todavía hay que seguir trabajando en mejorar la seguridad vial, algo que pasa por ofrecer también mejores puntos de parada y descanso como son las áreas de estacionamiento seguras. A su vez señalan que hay que apostar también por mejorar las carreteras. Todo en un escenario en el que ni siquiera la transición ecológica y la evolución de las tecnologías garantiza que la profesión vaya a ser más atractiva.

De hecho, el 69,9% de los camioneros creen que dentro de diez años la profesión será todavía peor de lo que es hoy, mientras que el 85,7% considera que los avances tecnológicos si van a mejorar el trabajo en carretera, por mucho que por otras cuestiones la profesión siga sin ser demasiado atractiva. El gran reto para las empresas de transporte y la Administración es cambiar esta perspectiva y conseguir que la falta de conductores profesionales de camión no sea cada vez más grave.