La transición ecológica del transporte de mercancías por carretera es uno de los grandes objetivos de la Unión Europea. Tanto es así que el Parlamento y Consejo Europeo han llegado a un acuerdo histórico para promover la transición hacia un transporte y logística totalmente libre de emisiones. Al final, las autoridades europeas consideran que ir avanzando en este objetivo es paso fundamental para reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55% de aquí a 2030.
El acuerdo está enfocado en varias áreas, pero en líneas generales garantiza el despliegue mínimo de infraestructuras de recarga y repostaje para vehículos y camiones eléctricos, pero también para aquellos vehículos pesados con tecnología de pila de combustible de hidrógeno. Una forma de acabar con la preocupación del sector del transporte profesional respecto a la autonomía de sus vehículos o los posibles problemas para recargarlos. La normativa también permitirá tener una infraestructura suficiente, de fácil acceso y uso y transparente en sus precios.
Adina Valean, comisaria de transportes de la Unión Europea, ha subrayado: «El acuerdo que hemos alcanzado hoy permite avanzar un paso más en el camino hacia la descarbonización del transporte en Europa. Garantiza que tanto los ciudadanos particulares como las empresas de transporte y logística tengan acceso a una red sólida de infraestructuras de recarga y de repostaje en toda la Unión Europea. En muchas de las tecnologías que utilizará el transporte, Europa tiene el liderazgo tecnológico y es clave realizar esta inversión».
Este acuerdo contempla, entre otras cosas, una red de recarga de vehículos eléctricos con estaciones de carga cada 60 kilómetros a lo largo de la red transeuropea de transporte (RTE-T), incluidas las redes de recarga con potencia de 350 kW destinadas a vehículos pesados. Este objetivo es para 2025, pero la cobertura en la red completa de carreteras debe conseguirse de aquí a 2030. De igual forma, la infraestructura de repostaje de hidrógeno para coches y camiones debe implantarse a partir de 2030 en todos los nodos urbanos y cada 200 km. en la red de carreteras.