Como se suele decir coloquialmente, ni tanto ni tan calvo. Tan malo es sobre el papel un sector del transporte de mercancías por carretera sin inspecciones suficientes que regulen el correcto funcionamiento de la actividad como un número excesivo de inspecciones. Precisamente de esto último es de lo que se queja el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) ante el creciente número de inspecciones en el transporte que provocan una importante carga burocrática al sector, sobre todo a autónomos y pequeñas empresas.

De hecho, el presidente del CNTC, Carmelo González, ha expresado la cada vez más creciente preocupación dentro del sector del transporte de mercancías por carretera por el número excesivo de inspecciones que están afectando a las empresas. Así se lo hecho ver al director General de Transporte Terrestre en una misiva, explicando que, aunque se valora de forma muy positiva el compromiso de los servicios de inspección para el cumplimiento de la actual normativa, este volumen de inspecciones está generando problemas significativos.

En este sentido, el sector del transporte de mercancías por carretera apunta que, de alguna forma, se están generalizando las inspecciones. Una sensación que no sólo tiene que ver con el volumen de las mismas, sino también con el protocolo. Al final, las inspecciones de transporte incluyen la revisión de toda la flota y de su documentación asociada, hecho que paraliza la normal actividad de las empresas. Una minuciosidad que a la postre significa una sobrecarga de trabajo administrativo y de gestiones burocráticas.

Una cuestión que en el caso de las pequeñas y medianas empresas y los autónomos supone un grave problema, ya que dinamita por completo su operativa al no tener la capacidad para asumir esta carga burocrática. Por este motivo, el presidente del CNTC ha solicitado que se encuentre una solución de equilibrio que permita mantener la regulación de la actividad del transporte de mercancías por carretera con las necesarias inspecciones, pero sin que estas afecten tan desproporcionadamente al normal funcionamiento de las empresas de transporte.