Los veintisiete Estados miembro de la Unión Europea han aprobado el acuerdo de despliegue de los puntos de recarga para vehículos eléctricos. Estas estaciones de carga estarán situadas cada 60 kilómetros en la red básica de carreteras de la Unión Europea, conocida con el nombre de red RTE-T. Por su parte, habrá puntos de recarga para vehículos eléctricos cada al menos 100 kilómetros en el resto de vías de esta red. El despliegue debe ser efectivo antes del 31 de diciembre de 2025.

Son los Gobiernos de los Estados miembro los encargados de asegurar que existen puntos de recarga cada 60 kilómetros en la red prioritaria con una potencia de al menos 400 kW en su conjunto y con al menos una salida individual de 150 kW. Eso sí, hay que tener en cuenta que los objetivos van en línea ascendente y desde el 31 de marzo de 2027 estos puntos de carga deberán tener una potencia conjunta de 600 kW y al menos dos salidas individuales de 150 kW.

También deberá haber estaciones de recarga para vehículos pesados con una potencia mínima de 350 kW en idéntica proporción, cada 60 kilómetros a lo largo de las carreteras principales de la red RTE-T y cada 100 kilómetros en la denominada red integral desde 2025. La cobertura deberá ser completa antes de 2030. También se han fijado otros objetivos que afectan de manera tangencial al transporte de mercancías en los puertos marítimos para proporcionar electricidad a buques y portacontenedores.

Volviendo a la movilidad libre de emisiones por carretera y al transporte profesional por esta vía, la normativa también fija los primeros objetivos para el despliegue de la red de repostaje de hidrógeno, válida tanto para vehículos particulares como para camiones. En este caso el despliegue se realizará a partir de 2030 en todos los nodos urbanos y con una distancia entre hidrogeneras que no debe superar los 200 kilómetros en la red principal RTE-T. Los usuarios deberán poder pagar fácilmente en los puntos de recarga eléctricos e hidrogeneras sin suscripción.