Reino Unido sigue trabajando en corregir la crítica situación que atraviesa, especialmente desde el Brexit, el sector del transporte de mercancías por carretera del país. En este sentido, el Gobierno británico ha decidido modificar la normativa de pesos y dimensiones que regula a los camiones del país y ampliar en 2,05 metros la longitud máxima de los camiones articulados, manteniendo eso sí la masa total de 44 toneladas. De esta forma, los camiones articulados podrán medir a partir de ahora hasta 18,55 metros.
La medida pretende reducir el número de camiones, costes y emisiones contaminantes, a la vez que se juega con la escasez de conductores profesionales de camión al haber una menor demanda. Pese a que distintos grupos y asociaciones se han opuesto a la medida, el Gobierno ha decidido seguir adelante con esta medida con la que pretende favorecer el transporte por carretera de productos relativamente ligeros como alimentos, envases o incluso paquetería. Por otro lado, voces piden el aumento de la masa total hasta las 48 toneladas.
Como decíamos, el objetivo final es reducir el número de vehículos pesados de transporte que hay en circulación sin que eso afecte al volumen de mercancía transportada final. Los números no engañan y en la práctica estos camiones de 18,55 metros de largo ofrecen esta posibilidad. De hecho, el Gobierno explica que habrá un camión articulado menos en carretera por cada doce que circulen, lo que supone una reducción de los costes a nivel global de unos 1.400 millones de libras.
Sea como fuere, esta decisión llega tras una larga fase de experimentación. Once años en los que se han realizado distintos estudios y test para comprobar que este aumento en 2,05 metros en la longitud de los camiones articulados no afecta a la seguridad vial. Los datos del Gobierno muestran que los camiones articulados más largos se han visto involucrados en un volumen de accidentes proporcionalmente menor que los que han tenido los camiones convencionales en este periodo.