La escasez de conductores profesionales de camión es un problema global para el transporte de mercancías por carretera. Una circunstancia que empieza a delimitar el desarrollo de la actividad en el mercado europeo y en España, uno de los países que cuenta con un déficit de chóferes más importante. La falta de relevo generacional por el escaso atractivo que tiene para los más jóvenes la profesión está afectado al desarrollo del sector. Se calcula que en España faltan al menos 20.000 chóferes.
¿Por qué hay menos conductores profesionales de los necesarios? Los factores son muchos, pero si hay que empezar por una cuestión, conviene arrancar por el principio. El coste de la licencia C suele ser superior a los 1.000 euros, a lo que hay que sumar el coste del CAP, que en ocasiones puede alcanzar los 4.000 euros. Aunque cada vez son más las empresas que asumen estos gastos, no siempre es así, lo que supone el primer factor limitante en el acceso a la propia profesión.
Sin embargo, tener el carnet C no significa que los problemas se acaben. El trabajo de chófer profesional implica pasar largos periodos de tiempo fuera de casa. La vida del conductor de camión es itinerante, por lo que la conciliación familiar es casi nula. Los jóvenes de hoy en día no se sienten atraídos por este tipo de trabajo y menos si no están bien remunerados. Y ahí otra de las cuestiones. Aunque un chófer de transporte internacional puede ganar hasta 3.000 euros al mes, esta cifra para muchos se antoja insuficiente por los sacrificios asumidos.
Dejando a un lado la conciliación familiar y los salarios, el propio desarrollo de la actividad no es muy atractivo. Las esperas en los puntos de destino y origen para la carga y descarga de la mercancía, la utilización de vehículos pesados viejos con muy pocas tecnologías de asistencia a la conducción, la siniestralidad y el costo de la gasolina también son problemas graves, en este caso último para las personas que deciden emprender su carrera como transportistas autónomos con camión propio.