El sector de Carretera y Logística de Comisiones Obreras (CC.OO.) ha denunciado que la Comisaría europea de Transportes está consintiendo lo que se conoce como ‘dumping social’ en el sector transporte al permitir que se contraten conductores extracomunitarios con certificados de conducción emitidos en Polonia y Lituania, cuando en realidad el servicio se hace en países de Europa occidental como Francia, Alemania, Bélgica o España. En opinión del sindicato, esto supone aprovechar el resquicio legal existente para explotar a estos trabajadores de fuera de la Unión Europea.
El sindicato explica que la práctica es muy sencilla, ya que estos conductores reciben salarios bajos según marcan los convenios de Polonia y Lituania, cuando en realidad deberían cobrar salarios como trabajadores de Francia, Alemania, Bélgica o España, ya que para algo están en estos países prestando sus servicios. CC.OO. señala que existe un mercado de conductores de camión en el que están siendo contratados profesionales extracomunitarios con certificados emitidos en Polonia y Lituania por parte de transportistas instalados en Europa Occidental de manera organizada.
Estos dos países acumulan el 77% de los certificados emitidos en el total de los 27 países europeos. Con estas cifras, Lituania contaría con 80.000 conductores extracomunitarios de un total de 100.000 que estarían trabajando en Lituania. Desde el sindicato se señala que «el uso de conductores de terceros países mediante estos certificados provoca competencia desleal, deterioro de las condiciones de trabajo y pone en peligro la seguridad vial, por lo que exigimos públicamente al Ministerio de Transportes que incida en las instituciones europeas contra este tipo de prácticas».
Mientras tanto, los datos oficiales de noviembre de 2022 en España reflejan la existencia de 49.481 conductores profesionales en paro y 88.015 demandantes de empleo como camioneros asalariados, datos que para el sindicato rompen con el discurso de la patronal y del Ministerio de Transportes en el que se incide en la falta de conductores. Un escenario en el que cada vez más empresas están recurriendo a trabajadores de fuera de Europa a quienes les aplican unas condiciones más precarias y son más fáciles de explotar, según explican desde CC.OO.