Un reciente estudio de la Organización del Transporte por Carretera (IRU) señala que el 85% de los accidentes que se producen en el transporte profesional en Europa son como consecuencia de errores humanos. Sin embargo, la tendencia general es que las inversiones en el sector se destinen a mejorar la seguridad de los vehículos, cuando quizá la inversión debía enfocarse en un mayor grado en personal y a medidas operativas que permitan mejorar las condiciones en las que desempeñan su trabajo los conductores profesionales.

Cabe destacar además que la incidencia humana presente en el 85% de los accidentes en los que se ven involucrados camiones o vehículos comerciales coloca al resto de causas en valores casi residuales. Así, por ejemplo, las condiciones meteorológicas están detrás del 4,4% del total de los accidentes con vehículos de transporte profesional. Por otro lado, uno de cada cuatro accidentes que se producen por un error humano en el sector transporte implican la presencia de un camión.

En este sentido, IRU señala que las empresas del sector son completamente conscientes de la importancia que tienen la seguridad vial en el desarrollo de la actividad y se toman muy en serio esta cuestión. No en vano, los accidentes tienen, más allá de sus posibles implicaciones personales, efectos económicos y operativos muy graves para las compañías por los daños que sufren los camiones y la carga.

Sin embargo, hay un punto que IRU destaca y que deriva de la tendencia que vive la actividad. Y es que mientras que las inversiones en seguridad vial se destinan en gran medida a los vehículos, mejorando su tecnología -41% de la inversión total-, la partida que se traslada al personal y a medidas operativas que puedan mejorar sus condiciones son más reducidas. Y quizá unas mejores condiciones laborales de los conductores o un mayor relevo en los servicios de transporte reduciría el número de fallos al volante.