El sector del transporte de mercancías por carretera se enfrenta a graves problemas, algunos de gran magnitud como el precio del combustible o la escasez de conductores. Y aunque la falta de chóferes profesionales de camión es un mal endémico a toda la actividad, parece que el sector también tiene que lidiar ahora con la dificultad que están encontrando las empresas de transporte para renovar sus flotas de camiones. Así lo ha denunciado la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic).
Astic denuncia que los plazos de entrega de vehículos industriales superan ya el año en el caso de muchos fabricantes, mientras que el precio de las tractoras y semirremolques en algunos casos se ha elevado un 50% respecto a 2020 por la escasez de semiconductores. Pese a que hay un escenario de auge logístico por el crecimiento de las compras online y la demanda embalsada tras la pandemia, más de la mitad de las empresas no pueden renovar su flota de vehículos acorde a las necesidades que tienen.
La reducción en el número de camiones a la venta y los problemas de los fabricantes a la hora de disponer de ciertos componentes han provocado un aumento desorbitado en los precios de los camiones. Desde octubre de 2020 el precio de las tractoras ha crecido entre un 30 y un 50% según el tipo de vehículo, porcentajes que por otra parte también se trasladan al incremento de precio de los remolques y semirremolques, con especial incidencia en los remolques frigoríficos y los tipo cisterna.
Las empresas de transporte se encuentran así con una situación inasumible en la que no hay una posibilidad real de renovar sus vehículos, más en un escenario de inflación al alza en la que los seguros, los peajes, el cambio de componentes y el combustible no dejan de elevar su precio. El encarecimiento de los costes operacionales de las empresas de transporte en los últimos meses está provocando que una gran cantidad de compañías tengan que echar el cierre.