El sector del transporte por carretera ha vivido un 2022 altamente complejo. La incertidumbre derivada de la guerra de Ucrania, la inflación, el precio del combustible y otras cuestiones que son intrínsecas a la actividad han dibujado un escenario complejo en el que el Gobierno se ha visto obligado a pautar un programa de ayudas directas al sector. Si en marzo esta ayuda fue un alivio para el transporte, la nueva edición de estas ayudas directas al sector transporte que se aprobó en agosto fue otro nuevo soplo de aire.

En las negociaciones entre el Gobierno y las organizaciones del sector se llegó a una serie de acuerdos entre los que estaba la creación de una nueva línea de ayudas directas al transporte por valor de 450 millones de euros, consistentes en un importe fijo para los transportistas en función del número de vehículos en posesión. Una línea de ayudas que replicaba la de marzo y de la que se han visto beneficiados 111.000 transportistas y taxistas. El pago de las ayudas ya se está realizando.

La Agencia Tributaria ha comenzado el pago de estas bonificaciones mediante transferencia por parte del Banco de España a los más de 111.000 beneficiarios de esta línea de ayudas, lo que deja en el aire las 14.000 solicitudes que han sido denegadas provisionalmente por no cumplir algunos de los requisitos que daban derecho a la ayuda o por errores de tramitación. Errores al indicar la cuenta bancaria o por competencias en el caso de transportistas vascos y navarros que todavía están sujetas a revisión.

En cualquier caso, las ayudas directas al sector ya están fluyendo hacia los transportistas, los verdaderos protagonistas de la actividad. En este sentido, cabe recordar que los beneficiarios que tuvieran algún tipo de deuda con Hacienda verán como la Agencia Tributaria procede a la compensación de las mismas. En estos casos, los beneficiarios recibirán en su cuenta bancaria el importe sobrante tras el pago de la deuda, si es que la cantidad fuera suficiente para cubrirla.