El Consejo de ministros ha aprobado la modificación del texto del Reglamento de Extranjería para permitir la contratación de trabajadores extranjeros en sectores en los que exista una clara escasez de profesionales, como es el caso del gremio de los conductores profesionales en el sector del transporte de mercancías por carretera. Sin embargo, FENADISMER señala que esta medida no va a conseguir solucionar el problema existente en la actividad por la falta de agilidad en los protocolos de la Dirección General de Tráfico (DGT).
La situación del sector del transporte de mercancías por carretera es muy delicada y entre sus problemas más acuciantes está la falta de conductores profesionales. El poco atractivo de la profesión a nivel económico y laboral, las condiciones que tienen que soportar los choferes y el envejecimiento de los ya presentes sin un relevo generacional claro dibujan una situación muy compleja. Sin embargo, este cambio en la Ley de Extranjería no parece que sea una solución efectiva ni rápida a este problema cada vez más grande.
A tenor del nuevo Reglamento de Extranjería, cualquier ciudadano extranjero de un tercer país que se quiera establecer en España para trabajar como conductor profesional puede obtener los papeles, de igual forma que lo pueden hacer las numerosas personas extranjeras que ya residen en España en situación ilegal. Sin embargo, todos ellos deberán superar las pruebas de la DGT para obtener el carné de camión y el Certificado de Aptitud Profesional (CAP), ya que son muy pocos los países con convenio de reconocimiento con España para reconocer esta certificación.
De hecho, España tiene convenio de reconocimiento con muy pocos países y en la mayoría de los casos se limita exclusivamente al carné B de turismo, no a los camiones C y E para conducir vehículos pesados de transporte. Además, cualquier persona que quiera ejercer como chófer profesional debe tener el CAP en su formato normal o abreviado, formación que tiene un coste a sumar al de obtención del propio carné de conducir. Este coste sumado al tiempo y dureza del proceso invitan a pensar que pocos ciudadanos extranjeros van a apuntar a este sector y sí a otros que también están incluidos.