La Comisión Europea ha puesto en marcha un plan de contingencia para reforzar el sector del transporte en la Unión Europea. Con la experiencia adquirida a lo largo de los meses más duros de la pandemia de COVID-19, Bruselas pretende reforzar la resiliencia de una actividad que vive un momento complejo, pese a su carácter esencial. Los profesionales y empresas que dan vida al sector deben enfrentarse a los desafíos que ha dibujado la invasión rusa de Ucrania o el ‘Brexit’ en la actividad.
Adina Valean, comisaria de Transportes de la UE, ha señalado: «Son tiempos difíciles que nos recuerdan la importancia del sector del transporte y la necesidad de trabajar en su preparación y resiliencia. La pandemia de COVID-19 no fue la primera crisis para el sector transporte y la guerra de Rusia y Ucrania demuestra que tampoco fue la última. Debemos estar preparados con un plan de contingencia basado en la experiencia adquirida para crear un marco sólido para el sector transporte. Este plan será clave para reforzar la resiliencia del transporte«.
El plan presenta una serie de diez acciones con las que responder a la actual crisis. Estas diez acciones pasan por adaptar la legislación de la UE en materia de transporte a la situación de la crisis, garantizar el apoyo adecuado al sector y garantizar la libre circulación de mercancías, servicios y personas. También se contempla gestionar los flujos de refugiados y repatriaciones, garantizar una conectividad mínima y la protección de los pasajeros y el intercambio de información en materia de transporte. Reforzar la coordinación, la ciberseguridad y ensayar medidas de contingencia en el transporte son las medidas restantes.
Si algo quedó claro durante la pandemia es la importancia de coordinar las medidas que tomen los Estados miembro para responder a la crisis. Es fundamental evitar que chóferes y camiones queden atrapados en las fronteras como ocurrió durante los primeros días de la pandemia. El plan de contingencia para el transporte introduce principios rectores que garantizan que las medidas de respuesta a la crisis sean proporcionadas, transparentes y no discriminatorias para garantizar que el mercado único sigue funcionando tal y como debe.