La última reunión de la Comisión de Transportes del Parlamento Europeo se ha centrado en el estudio de las enmiendas al proyecto que se dibuja en el Reglamento para la implantación de una rede de infraestructuras para el uso de combustibles alternativos. Esta medida y la derogación de la Directiva 2014/94/UE son dos puntos de vital importancia dentro del objetivo ‘Fit 55’ para la transición ecológica. La Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo ha sido parte activa de estas discusiones.
El principal punto de debate está en los artículos 3, 4 y 5, parte del reglamento que se centra en los objetivos de la infraestructura de recarga eléctrica para vehículos ligeros, así como en los objetivos de la infraestructura de recarga eléctrica destinada a los vehículos pesados y otras cuestiones anexas. Si bien en estos puntos la idea es más o menos común, existen posturas contrapuestas sobre la utilización del Gas Natural Licuado (GLN) y sobre el papel que tienen que tener los combustibles alternativos en la movilidad europea.
Dejando a un lado la necesidad de extender la red de recarga de vehículos eléctricos -ligeros y pesados- por toda la Unión Europea, el debate se centra en el uso del Gas Natural Licuado (GLN), ya que hay una sección del Parlamento Europeo que considera que se debería tener una mirada abierta al respecto. Al final, los últimos desarrollos tecnológicos lo dibujan como una alternativa, sobre todo para el transporte pesado. Además, el uso de distintas tecnologías y energías permite evitar dependencias extremas de terceros. Por eso, sobre la mesa esta también alargar la vida del motor de combustión interna asociado a biocombustibles o combustibles sintéticos.
Desde la Comisión Europea se recordó durante el debate que se busca una posición común fuerte en este expediente, logrando una neutralidad tecnológica y teniendo en cuenta no sólo la electricidad, sino también los biocarburantes, el gas natural licuado y el resto de opciones de combustibles alternativos. Un modelo plural que siempre se sustentará sobre el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (RCDE) de gases de efecto invernadero. Sin embargo, existen a su vez posturas contrapuesta sobre la inclusión o no del transporte terrestre en el RCDE, también conocido como ETS.