La apuesta de la Unión Europea por descarbonizar el transporte de mercancías por carretera es un objetivo a largo plazo. Esta es la conclusión que se puede sacar de la primera edición del Observatorio del Vehículo Industrial de la Distribución. Un estudio que pone de manifiesto que la tecnología Diésel tiene todavía tiene un largo recorrido por delante, hasta el punto que los vehículos pesados de transporte seguirán vigente al menos durante dos décadas, mientras la electrificación o la tecnología de la pila de combustible de hidrógeno evolucionan.
Por esta razón, el transporte de mercancías por carretera pide que la Unión Europea plantee una descarbonización del transporte gradual y con una renovación del parque adaptada a las tecnologías existentes. Algo que pasa en primer término por el uso de bicombustibles antes de apostar por la electrificación. En este sentido, Marta Blázquez, vicepresidenta ejecutiva de Faconauto, señala que una transición inteligente no se basa sólo en la electrificación, por lo que es necesario dar margen a las tecnologías presentes entre los vehículos industriales en la actualidad.
Esto implica apostar en primer término por motores de combustión más eficientes como base de uso de combustibles sintéticos o biocombustibles. Posteriormente se puede apostar por la pila de combustible de hidrógeno, tecnología que parece más cercana a ofrecer la autonomía necesaria para el transporte de mercancías por carretera de largo recorrido. En último término y con la necesaria mejoría de las baterías, el transporte podrá apostar por la electrificación total de sus camiones.
En este sentido, Europa debe establecer objetivos vinculantes que los Gobiernos de los Estados miembro deben cumplir y que pasan por aumentar el volumen de cargadores de alta potencia e hidrogeneras para satisfacer la demanda de los vehículos pesados. Un enfoque que evitará desequilibrios geográficos que ya se están dando con el vehículo eléctrico particular. En paralelo, el primer paso para la descarbonización del transporte pasa por quitar de la circulación los camiones más antiguos y contaminantes, ya que el 80% tienen más de diez años.
Los propios fabricantes, más allá de la situación actual en el que la demanda supera a la oferta por diversas cuestiones, consideran que el Diésel no está ni mucho menos muerto, como de manera insistente recuerda desde la Administración. De hecho, los fabricantes consideran que el Diésel tendrá un papel protagonista al menos durante un par de décadas, sobre todo si se apoyan en el uso de nuevos biocombustibles y gases de petróleo, menos contaminantes y que no requieren modificación técnica alguna de los propulsores.