El transporte de mercancías por carretera vive casi anclado a una permanente crisis. Primero fue la pandemia de COVID-19, luego la crisis de suministros. La invasión rusa de Ucrania ha provocado un salvaje encarecimiento de los combustibles y todo eso ha provocado un paro que todavía podría repetirse. No es extraño que la confianza empresarial en el sector no sea muy alta, ya que la incertidumbre por todas estas cuestiones es muy alta, sobre todo en un escenario inflacionista y donde los costes se están disparando.
Aunque por momentos ha habido síntomas de recuperación en el sector del transporte de mercancías por carretera tras la pandemia, con una demanda en pleno crecimiento y una gran recuperación de la economía, lo cierto es que la actividad no termina de despegar. Bien es cierto que se ha dado un leve incremento del 0,82% en el Índice de Confianza Empresarial Armonizado del INE de cara al segundo trimestre, pero no deja de ser significativa la situación final del sector.
Y es que este dato refleja un muy moderado optimismo, entre otras cosas porque hay muchas razones para pensar que esta cierta progresión se puede torcer. Al final el sector vive en una burbuja de problemas con el aumento del precio del combustible, la nueva crisis fronteriza que se está dando en Reino Unido, los problemas derivados de la guerra entre Rusia y Ucrania y otros problemas endémicos y de larga duración en el sector, por mucho que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana se haya comprometido a ponerles solución.
De hecho, un 35,3% de los gestores de empresas de transporte consideran que la marcha de su negocio será desfavorable en el segundo trimestre de 2022, mientras que el 46% considera que el comportamiento de la actividad será más o menos acorde a sus expectativas. Teniendo en cuenta las opiniones que sí son positivas, el índice negativo es de 16,6 puntos, acorde a la visión que se tiene desde otros sectores. En esta línea, un 40,9% de los empresarios del sector consideran que el primer trimestre de 2022 ha sido malo para sus intereses.