Los transportistas de toda Europa están sufriendo desde hace diez días largas esperas en las habituales rutas de salida desde Reino Unido hacia la Unión Europea. Primero fue un fallo en el control informático fronterizo, luego un conflicto laboral en una de las navieras de mayor peso en el transporte de camiones a través del Canal de la Mancha. Como resultado, vuelve a haber colas kilométricas para salir de Reino Unido, chóferes retenidos en condiciones precarias y un nuevo revés para la cadena de suministro europea.

El fallo en el sistema informático del control de acceso de vehículos a Reino Unido supuso el primer contratiempo, aunque casi quedó en anécdota ante la crisis que vive la naviera P&O. Inmersa en un conflicto laboral interno, la naviera ha dejado de prestar su servicio de ida y vuelta de Reino Unido a Europa a través del Canal de La Mancha. Se estima que en torno a 6.000 camiones cruzaban de las islas británicas al continente utilizando los servicios de P&O.

Estos 6.000 camiones que diariamente embarcaban en los ferris de P&O se han trasladado a los barcos de la otra naviera que opera este trayecto y al Eurotunnel, lo que ha provocado el ya casi icónico colapso de la autopista M-20 que conduce a Dover y al Eurotunnel. Como ya se vio en la Navidad de 2020, miles de conductores han quedado atrapados en Reino Unido, ya que las autoridades británicas en la ‘Operación Brock’ han vuelto a dar prioridad a los turismos sobre los vehículos pesados de transporte de mercancías por carretera.

La ‘Operación Block’, en principio activa durante toda la Semana Santa, no sólo provoca que miles de conductores queden atrapados, sino que provoca un escenario complejo en el transporte de mercancías por carretera de toda Europa. Al final, los camiones atrapados en Reino Unido sufrirán importantes retrasos en su salida de Reino Unido hacia la Unión Europea, lo que provocará que no pueda realizarse la rotación prevista y no se lleguen a fijar viajes de retorno por carecer de horario de regreso.