La Asociación Empresarial de Transportes Discrecionales de Mercancías de Aragón (Tradime) ha realizado un estudio sobre los costes de las empresas de transportes en el que estima que las compañías del sector deberían subir entre un 10 y un 12% sus tarifas para cubrir el aumento de costes derivado del desmesurado aumento del precio del Diésel. Una subida en los precios que no se puede repercutir de ninguna forma en los clientes y que tiene al sector completamente asfixiado.
El histórico incremento del 35% del precio del carburante está ahogando a los profesionales del sector del transporte de mercancías por carretera en los últimos siete meses como jamás se había visto. El aumento del precio del combustible no se puede repercutir en las facturas y su valor no deja de crecer dentro de un contexto global marcado en la actualidad por la guerra entre Ucrania y Rusia. Una situación que desde el sector transporte pide que se ataje, algo que está en manos del Gobierno.
José Antonio Moliner, presidente de Tradime, ha afirmado al respecto: «Estamos padeciendo una escalada de precios sin precedentes que absorbe todos nuestros beneficios. El problema es trasladar a nuestra facturación la subida de los costes que tenemos, tanto en combustible como en otros aspectos. Para compensar las pérdidas, cada transportista debe calcular los gastos y negociar individualmente un aumento del precio con el cargador de entre el 10 y el 12%. Es algo irreal«.
«Venimos de una grave crisis con el COVID, de la cual todavía estamos recuperándonos. Tanto el Gobierno de España como el resto de gobiernos europeos tendrían que poner de su parte porque están recaudando mucho más porcentualmente, tanto por IVA como por el impuesto de los hidrocarburos. Es de ley que se reduzca este impuesto para aliviar esta situación, porque los cargadores se niegan a asumir esta subida. Es la única manera de que no recaiga todo sobre el transportista» ha señalado el responsable de Tradime.