El sistema portuario de Estados Unidos ha estado sujeto a grandes embotellamientos en las últimas semanas. Los puertos de Long Beach y Los Ángeles, en la costa oeste del país, han vivido escenas en las que más de 70 portacontenedores se han visto en situación de espera para lograr un amarre. Aunque la situación parece que se ha aliviado ligeramente y ya no hay esperas de 15 días para lograr atracar, lo cierto es que este ‘mal’ se está trasladando a otros puertos del país.
De hecho, el puerto de Charleston -costa este- y el puerto de Houston -costa del golfo- han sido los últimos en reportar un incremento de los buques de carga que están a la espera de poder ser atendidos en sus instalaciones. Una situación que no hace más que reflejar los casi permanentes problemas del sistema portuario de los Estados Unidos y los ‘cuellos de botella’ que acaban por afectar al transporte de mercancías no sólo en el país, sino a nivel internacional.
En el puerto de Charleston los portacontenedores se han ido acumulando desde Acción de Gracias y en la actualidad hay cerca de 30 buques esperando su turno para atracar. Al respecto de esta situación, cabe destacar que Charleston es el cuarto puerto de entrada más concurrido para las importaciones de contenedores de la costa este. Pese a todo, la autoridad portuaria se muestra optimista y considera que esta situación de embotellamiento se puede corregir para el mes de abril.
Por su parte, el puerto de Houston ha reportado que al menos hay 19 buques anclados frente a sus instalaciones a finales de febrero a la espera de poder descargar su mercancía. Aunque en este caso la situación todavía no es crítica, lo cierto es que la actividad en Houston roza sus niveles más altos, hasta el punto de estar en volúmenes de récord de operatividad desde el año pasado. Una situación compleja y de alto estrés para los estibadores.