La relación entre el sector del transporte de mercancías por carretera y el Gobierno vive un momento especialmente crítico. El paro patronal del 20 al 22 de diciembre es una auténtica declaración de intenciones ante la falta de respuesta de la Administración a la hora de poner solución a los problemas que afectan a la actividad. Un escenario delicado en el que cualquier movimiento puede detonar una guerra frontal. Un escenario en el que María Isabel López Rodríguez como subdirectora general del Ministerio de Hacienda puede encender la mecha.

De hecho, María Isabel López Rodríguez como responsable de Impuestos Especiales y Tributos sobre el Comercio Exterior y el Medio Ambiente ha dejado ver durante un coloquio organizado en Vigo la posibilidad de una reforma fiscal que afectaría gravemente al transporte. En esta línea, el Gobierno de España estaría planteándose la eliminación de las bonificaciones fiscales del Diésel, lo que se conoce comúnmente como ‘Gasóleo Profesional’. Ventajas fiscales de la que se benefician no sólo los transportistas, sino también agricultores y ganaderos, entre otros.

De acuerdo con un reciente informe, la eliminación del ‘Gasóleo Profesional’ provocaría que los transportistas pagasen un 9,9% más a la hora de llenar el depósito de sus camiones y furgonetas de transporte. No parece el mejor escenario con un paro patronal a la vuelta de la esquina pensar en tomar esta medida, pero desde el Gobierno se apela a la supuesta necesidad de armonizar la fiscalidad española con la europea y cumplir con los objetivos de la directiva comunitaria ‘Fit for 55’ en el que se contemplan la subida de los impuestos a carburantes.

El plan de acción del Gobierno pasaría por retirar la bonificación de la que se benefician hoy en día transportistas, agricultores y ganadores, además de la posible equiparación fiscal del Diésel y la gasolina, medidas a las que se ha opuesto de manera frontal el sector transporte. Postura lógica si se tiene en cuenta que los ingresos fiscales durante el ejercicio 2021 han crecido en un 3% respecto a 2019. Un dato realmente llamativo cuando la economía sigue un 7% por debajo de los niveles de producción del año anterior a la pandemia.