El Consejo de Transporte de Mercancías de la Organización Internacional del Transporte (IRU) insta a los Gobiernos a que tomen medidas para solucionar la grave crisis global de la cadena de suministro. La Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) ha apoyado la demanda de la organización que representa a más de 3,5 millones de empresas de transporte y logística. La crisis sin precedentes que vive la actividad invita a tomar medidas con carácter urgente, poniendo también solución a otros problemas como la escasez de conductores o el precio de los combustibles.
Ante lo que puede ser considerado como una ‘tormenta perfecta’, el Consejo de Transporte de Mercancías de la IRU plantea una serie de medidas. La primera pasa por restaurar los flujos comerciales apostando por la digitalización del transporte por carretera. En este punto, IRU señala que los Gobiernos deben acelerar el uso y la implementación de la Convención CMR de las Naciones Unides y, por extensión, del nuevo protocolo e-CMR que no requiere controles físicos y reduce el contacto entre personas, agilizando los servicios de transporte.
IRU también pide que se abandonen las equivocadas guías de restricciones del COVID-19 ante el colapso del transporte global. Los Gobiernos deben dejar atrás los controles fronterizos y restricciones a la conducción que son innecesarios, con el fin de restablecer la libertad de movimiento de los trabajadores del sector, que son esenciales y deben tener prioridad a la hora de recibir las vacunas reconocidas por la OMS. A su vez, también se debe combatir la escasez de conductores fijando la edad mínima para conducir en 18 años, facilitando la formación y los procesos de visado.
Por último, IRU solicita nivelar los altos precios del combustible. El precio del barril del petróleo, el gas natural y el AdBlue se han duplicado al menos durante las últimas semanas, lo que ha supuesto una carga financiera sustancial para las empresas de transporte por carretera y ha tenido un impacto directo en los clientes y los productos. Los gobiernos deben nivelar los precios del combustible congelando o ajustando los impuestos y cargas existentes. Las reservas nacionales de combustible de diésel deben liberarse cuando sea necesario.