La última edición del Observatorio permanente de la morosidad y los pagos en el sector del transporte que elabora cada mes FENADISMER señala que el 65% de los pagos realizados en el mes de septiembre en la actividad no cumplían con la legalidad vigente. Además, el 24% de las empresas cargadoras, intermediarios y clientes de transportistas pagan en plazos superiores a los 6 meses, situación que pretende atajar de raíz el nuevo régimen sancionador contra la morosidad en el transporte que ha entrado en vigor en el texto de la LOTT este mes de octubre.
El transporte de mercancías por carretera vive en un permanente y grave problema de morosidad, ya que los pagos a transportistas se realizan de forma sistemática fuera de plazo a lo largo y ancho del país. Aunque la Ley de Morosidad estipula que el plazo máximo de pago es de 30 días desde la fecha que se lleva a cabo el servicio, periodo ampliable a un plazo máximo de 60 días si así lo establecen las dos partes por escrito, lo cierto es que este periodo de tiempo se supera de forma habitual a la hora de realizar los pagos.
A la espera de los datos que se puedan dar desde la entrada en vigor en octubre del nuevo régimen sancionador, el 65% de los pagos que se han realizado a empresas transportistas en septiembre incumplen la legislación vigente en materia de morosidad al superar el plazo máximo de 60 días al contar desde la fecha de realización del servicio. El grado de incumplimiento y de demora es tal que el 39% de los pagos se han realizado a más de 90 días e incluso un 25% han superado los 120 días de plazo.
Con un plazo medio de pago de 81 días, valor sostenido desde la aparición de la pandemia de COVID-19, el transporte sigue viviendo en una espiral de morosidad muy peligrosa para la viabilidad de los autónomos y pymes. Por su parte, en cuanto a los medios de pago utilizados en los servicios de trnasporte, pocas novedades. Las modalidades más habituales siguen siendo la transferencia (52%) y el confirming (37%). Por su parte, el pagaré se usa en el 10% de las transacciones, mientras que el cheque se usa en menos del 1% de los servicios.