El Gremio de Transportes y Logística de Cataluña comparte con FENADISMER su satisfacción porque este año 2021 se liberalicen nuevos tramos de autopistas de peaje en España, una vez van venciendo los contratos de concesión que ostentan las empresas explotadoras. Desde el Gremio se considera que durante las más de cinco décadas que las concesionarias de estas vías de alta capacidad han sido gestionándolas, les ha permitido amortizar hasta 50 veces las inversiones realizadas para su construcción y mantenimiento, por la vía de la recaudación por los peajes cobrados.
Hay que tener en cuenta que en la actualidad España cuenta todavía con un total de 3.223 kilómetros de pago en 39 carreteras de su red viaria; de hecho sólo 21 provincias españolas están libres de vías de peaje. Sin embargo, afortunadamente en estos últimos años en varios tramos han ido expirando sus concesiones, pasando a formar parte de la red pública estatal. A finales del 2018 venció la concesión de la autopista AP-1 Burgos-Armiñón, que sumó 84 kilómetros de longitud quedando liberada completamente de peaje, uniéndose a ella desde enero de 2020 las autopistas AP-7 entre Alicante y Tarragona, con un total de 474 kilómetros, y la AP-4 entre Sevilla y Cádiz, con un recorrido de 94 kilómetros.
Asimismo no debe olvidarse que en el caso del transporte profesional el final de la concesión de la AP-7 «liberará» los transportistas del peaje obligatorio al que estaban sometidos desde 2013, al prohibirse su circulación por la carretera nacional paralela, y que se puso en marcha este año en todo el tramo de la provincia de Girona y desde el año 2018 en el resto del territorio catalán y parte de la provincia de Castellón, lo que ha supuesto durante todos estos años soportar obligatoriamente el pago de un peaje a los más de 12.000 camiones que cada día cruzan la frontera francesa por esta vía, casi un tercio del total de vehículos que la atraviesan.
El Gremio de Transportes y Logística de Cataluña considera que la eliminación de los peajes de las autopistas aporta indudables ventajas para la mejora de la seguridad vial y la descongestión de la red viaria nacional, ya que permite una mejor redistribución de los tráficos tanto privados como profesionales entre las carreteras nacionales y autopistas paralelas de peajes, basándose la elección por una u otra vía por parte de los conductores no en criterios exclusivamente económicos como hasta ahora, sino en función de la distancia del trayecto a realizar o del destino del viaje. Esto permite un importante trasvase de vehículos particulares que actualmente circulan por las carreteras nacionales en las autopistas de peaje por su mejor trazado y velocidad máxima permitida.
Asimismo, este gradual liberación de las autopistas de peaje contribuye a rebajar de manera importante la actual factura en concepto de peajes que soportan los transportistas en Cataluña y España, en torno a 1.900 euros anuales por vehículo, según consta en el Observatorio de Costes del Transporte de Mercancías por Carretera que publica periódicamente el propio Ministerio de Transporte, teniendo en cuenta que en algunas autopistas españolas, como en el caso de los tramos ahora liberados, los camiones tienen obligada su circulación conforme a las restricciones que anualmente aprueba la Dirección General de Tráfico.