El proyecto de peajes por uso de las autovías es una realidad y el Gobierno de España no sólo lo ha remitido a Bruselas, sino que ya ha construido la ‘argumentación’ para intentar defender su puesta en marcha. Aunque el Ejecutivo no cuente con el consenso del sector transporte ni de la oposición, el discurso ya está hilado. Y en esta línea, José Luis Ábalos como ministro de Transportes ha justificado los peajes como una señal de sintonía con la Unión Europea, ya que hay que «algún gesto tenemos que hacer».
Los movimientos realizados por España con los peajes por uso de las autovías o de Rumania con su particular tasa medioambiental no dejan de ser guiños a la Unión Europea. Una forma de justificar el acceso a los fondos europeos para la recuperación que la Comisión Europea repartirá entre los Estados miembro. Por eso, José Luis Ábalos y el Ejecutivo de Pedro Sánchez han disfrazado este proyecto como una señal de sintonía con las políticas de Europa necesaria para recibir este dinero.
En su intervención a pregunta del portavoz de Transportes del PP en el Congreso, el ministro José Luis Ábalos ha señalado: «Ya que queremos recibir dinero de Europa, algún gesto tenemos que hacer. Por lo menos que exista un compromiso de estudiarlo. No creo que nuestro modelo sea comparable con otros. El Gobierno simplemente ha querido abrir el debate, pero no hay ninguna propuesta decidida. Queremos abrir este proceso y antes de poder abrirlo que sea sometido a todo tipo de control. Se trata de una medida estructural que afecta a todos y sólo avanzará si hay voluntad«.
En esta línea, Ábalos ha añadido: «La medida sólo va a seguir adelante si hay voluntad de todos. Está claro que, si no hay mayoría, no merece la pena presentar ningún tipo de iniciativa. Sin embargo, hay que tener en cuenta el déficit de conservación evidente que existe en la red de carreteras, con una necesidad mínima de 1.200 millones de euros anuales, cantidad superior a lo que se ha dispuesto estos últimos años. Por eso pido tiempo para hacer una propuesta ya que el actual modelo no tiene sentido al estar basado en una política de agravio territorial. Hay que compartir las cargas entre todos«.