El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana destinará 1.500 millones de euros de los fondos europeos -Mecanismo de Recuperación y Resiliencia- para llevar a cabo una gran renovación y modernización del sistema logístico. Entre las medidas estrellas de este programa está propiciar el cambio modal del transporte de mercancías de la carretera al tren en lo que respecta al transporte terrestre de mercancías, toda vez que el ferrocarril asume apenas el 4% de las toneladas transportadas. El objetivo final es que el tren transporte el 10% del volumen total de mercancías en 2030.
El proyecto diseñado por el Ministerio de Transportes presenta un objetivo ambicioso, aunque realista según fuentes del propio organismo. Aunque el trasvase de actividad en el transporte de mercancías terrestre implique un supuesto aumento de la eficiencia en la distribución, al final el sector del transporte de mercancías por carretera vuelve a quedar en segundo plano. De hecho, un punto clave del programa es la intermodalidad del ferrocarril en su conexión con puertos y aeropuertos, rol que suele ocupar de forma casi absoluta los vehículos de transporte por carretera.
Sea como fuere, de los 1.500 millones de euros de esta partida, casi 1.000 irán destinados al proceso de impulso de la eficiencia del sistema de transportes y distribución de mercancías mediante el fomento de la intermodalidad y la modernización y mejora de los nodos de distribución. Se hará especial hincapié en el sistema ferroviario, hasta el punto que se invertirán 222 millones en el desarrollo de infraestructuras ferroviarias. Para tal fin, se crearán cuatro terminales en Madrid, Barcelona, Valencia y Álava.
La intermodalidad en los puertos será potenciada con 403 millones de euros para la mejora y construcción de los accesos ferroviarios, por los 43 millones que se destinarán a los accesos por carretera. De hecho, la inversión para potenciar la accesibilidad interior del los puertos y su sostenibilidad será mayor que la destinada al transporte de mercancías por carretera. Los 500 millones restantes serán para la digitalización y sostenibilidad del transporte, aunque 365 volverán a ir destinados casi en exclusiva al ferrocarril.