En todas las historias hay vencedores y vencidos, héroes y villanos. Sin embargo, en el relato que se está orquestando para dar ‘validez’ al modelo de pago por uso de las autovías que el Gobierno de Pedro Sánchez ha remitido a Bruselas, el sector del transporte de mercancías por carretera es el único vencido. Quizá también el sector puede ejercer de héroe por la labor esencial que realiza, aunque este punto ha caído en saco roto ante el inicio de un proyecto que no cuenta con el beneplácito ni el consenso de la actividad.
Aunque dejemos a un lado la cuestión política que hay tras el modelo de pago por uso de las autovías en España, ejecutado casi como un pago para acceder a los fondos europeos, en toda esta historia hay unos cuantos villanos. Y el primero que uno puede señalar en este apartado son las concesionarias. De hecho, la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraesturcturas (SEOPAN) ve recompensada su insistencia con la implantación de un modelo de pago por uso en las carreteras españolas que llevan reclamando durante años.
Eso sí, piden que el modelo se gestione desde el sector privado a través de pórticos, alegando que se podría generar hasta 12.649 millones de euros anuales. Para tal fin, Julián Núñez como presidente de SEOPAN se ha atrevido a pedir concesiones de 25 años ante lo que es una tarifa finalista que grava un servicio público como lo hacen las tasas portuarias. Quizá se olvida el presidente de SEOPAN las veces que ha habido que rescatar a empresas concesionarias y prorrogar concesiones a costa del Estado y de la población.
Para hacer más atractivo su argumento ‘irrefutable’, Núñez asegura que la implantación de peajes en los 14.000 km. de vías de alta capacidad libres durante 25 años bajo gestión de empresas privadas implicaría no sólo las ganancias citadas anualmente, sino que el Estado obtendría 104.000 millones de euros sólo por el pago inicial del sector privado. Y para colmo, desde SEOPAN se señala que el importe debería ser de 9 céntimos por kilómetro para turismos y de 19 céntimos para camiones, multiplicando por 9 los datos que maneja el gobierno.
Como actor secundario en este proyecto, pero principal en la cadena de suministro, el papel de villano de los cargadores es digno de mencionar. Y es que mientras muchos sectores y áreas industriales se han posicionado en favor del transporte de mercancías por carretera a la hora de frenar el modelo de pago por uso en las autovías, las principales organizaciones de cargadores han apostado por el silencio incluso cuando el Gobierno ha deslizado que el pago de estos peajes recaería sobre los cargadores y no sobre los transportistas. Un silencio que indica que al final el coste irá para el transporte, como siempre.