La Alianza Europea por un Transporte por Carretera Limpio (ECTA) pide a Bruselas que asuma un papel protagonista y acelere la transición ecológica en busca del objetivo de cero emisiones en el transporte para 2050. Además de las estrategias globales que afectan al desarrollo de todo el sector, la ECTA insta a la Unión Europea a que ponga especial atención en los vehículos de transporte ligeros y que, ante el enorme crecimiento de sus matriculaciones, la mitad de las nuevas furgonetas que se vendan en 2030 sean cero emisiones.
Teniendo en cuenta las limitaciones tecnológicas que existen en torno a los vehículos pesados de transporte al no existir todavía alternativas viables y accesibles para todo tipo de empresas para suplir los camiones Diésel, la ECTA pide a la Unión Europea que centre sus esfuerzos a corto plazo en el segmento de vehículos de transporte ligero. Al final, según los datos que maneja esta asociación, unos 40 millones de vehículos de transporte ligero participación en la cadena de suministro cada día.
Ante este volumen de vehículos ligeros existente, ECTA hace un llamamiento para acelerar la estrategia de transición ecológica en torno a este segmento. Para tal fin, propone un sistema de ayudas e incentivos para la adquisición de vehículos ligeros ecológicos, pero también que Bruselas de un paso al frente a la hora de potenciar el desarrollo de las infraestructuras que son necesarias para dar soporte a estos vehículos. Además, pide que los Países de la Unión Europea establezcan límites más estrictos en la reducción de emisiones de CO2.
La propuesta de la ECTA pretende que el programa ‘Objetivo 55’ de la Comisión Europea y su objetivo de reducir en un 55% las emisiones de aquí a 2030 pase a tener requisitos más ambiciosos. Un trabajo que debe ir acompañado de una serie de normativas decisivas para el futuro del transporte por carretera en general, como la revisión de la Directiva Europea de Infraestructuras para los Combustibles Alternativos, la regulación de las redes TEN-T y TEN-E, la Directiva de Impuestos Energéticos y la citada limitación de emisiones para vehículos comerciales ligeros.
Algunos de los objetivos concretos que propone el ECTA pasan por el desarrollo de como mínimo dos estaciones públicas de recargas para furgonetas y camiones que realicen rutas urbanas en 2025 en las grandes urbes de cada Estado miembro. Una cifra que debería crecer hasta las diez estaciones públicas de recarga en 2030. Al mismo tiempo, se pide que se habiliten hidrogeneras e infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos que permitan hacer viajes de larga distancia. Solo así y con un volumen de ventas de vehículos ligeros de cero emisiones que alcance el 50% en 2030 se conseguirá una logística urbana más ecológica.