El 24 de diciembre se firmó, tras una larga negociación y sobre la campana, el acuerdo que fijó los términos de salida de Reino Unido de la Unión Europea. Tras su entrada en vigor el pasado 1 de enero, el denominado ‘Brexit’ ha cumplido sus primeros 100 días. Un periodo en el que como señala ASTIC se han podido comprobar los efectos negativos de esta medida, incluso cuando la situación se ha ido normalizando en los pasos fronterizos tras la grave crisis que se produjo en las fechas navideñas, con miles de camiones atrapados en la región de Kent.
El impacto del ‘Brexit’ en el transporte de mercancías por carretera ha sido muy negativo y el sector español ha sido uno de los más afectados por la histórica relación comercial entre Reino Unido y España. Durante los meses de enero y febrero se han provocado enormes retrasos en los puntos fronterizos, lo que ha derivado a su vez en un aumento de los costos de los servicios de transporte. La introducción de nuevos reglamentos y trámites aduaneros han supuesto un duro revés para el transporte español.
Estos efectos ya fueron previsto por ASTIC, ya que España ocupa el quinto puesto en la lista de países que operan con Reino Unido, con 8.000 viajes de camiones españoles a la semana. En este aspecto, durante el mes de enero las exportaciones españolas con Reino Unido cayeron un 23%, cifra que repercutió en las importaciones, con caídas del 64,9% en la tasa interanual. Todo dentro de un escenario en el que las cargas en vacío han crecido hasta suponer el 50% de los retornos, lo que a su vez dispara el coste de las empresas de transporte. La tendencia es similar con el resto de Estado miembro y así se refleja en el tráfico del Eurotunnel.
Si que es cierto que, tras el primer impacto negativo, el transporte con Reino Unido empieza a normalizarse tras el ‘Brexit’. Eso no significa que los trámites aduaneros hayan desaparecido o que los obstáculos en las exportaciones e importaciones con Reino Unido se hayan reducido. Sin embargo, las empresas están demostrando una gran adaptabilidad a las nuevas reglas que marca el ‘Brexit’, entre otras cosas porque las compañías están asumiendo el coste de la mano de obra adicional necesaria para cumplir con los requisitos de documentación o, incluso, con la expansión a otros mercados.