La difícil situación provocada por la pandemia de COVID-19, tanto a nivel económico como a nivel social, no ha conseguido frenar el buen inicio de ejercicio dentro del sector agrícola. La climatología favorable ha sido propicia para el crecimiento de frutos y hortalizas de temporada y eso ha permitido que la campaña hortofrutícola venga con datos positivos en el primer trimestre. Incluso cuando los efectos del Brexit se han hecho sentir en las exportaciones con Reino Unido desde el campo español, el inicio de año ha sido prometedor.
Los tres primeros meses de 2021 han arrojado datos positivos en el volumen y precios de los productos hortofrutícolas exportados desde España en relación al año pasado. Todo dentro de un escenario en el que los retornos desde Reino Unido se han ido estabilizando según se hacían más llevaderos los efectos del Brexit. De hecho, los retornos han sido más rentables y equilibrados que el año pasado, toda vez que la pandemia de COVID-19 paralizó la actividad económica casi al completo desde mediados de marzo.
Al final, la primera parte de la campaña de exportación hortofrutícola correspondiente a los meses de otoño e invierno ha conseguido superar los efectos del Brexit, aunque las cifras de exportaciones se vieron afectadas en enero al ser Reino Unido el tercer mercado de mayor importancia para el campo español. Incluso los efectos del temporal de nieve y frío Filomena no han conseguido frenar el empuje del sector, aunque las exportaciones hortofrutícolas se contrajeron en enero en torno a un 7,5% y el valor de las mismas se contrajo un 0,16%.
Y es que las exportaciones de cítricos a países comunitarios han alcanzado la cifra más alta de los últimos cuatro años, con un incremento del 5% con respecto al mismo periodo de 2020. La subida de las exportaciones de mandarinas y pomelos han crecido entre el 10 y el 15%. A este hecho hay que sumar el incremento en el valor de todas estas variedades de fruta salvo la mandarina, aunque el recorrido de este fruto en las últimas semanas está siendo positivo. Sin embargo, el sector no ha podido ‘aprovechar’ el efecto ‘boom’ que tuvo en el consumo el inicio de la pandemia.
En esta línea, el sector agrícola y las grandes compañías importadoras han recibido de buen grado la decisión del Gobierno de Reino Unido de retrasar la obligatoriedad de presentar el certificado fitosanitario de nueva cuña hasta enero de 2022. Esta medida afecta a todos los productos hortofrutícolas importadas de la Unión Europea e iba a entrar en vigor en primer término en abril de este año. Se evitan así las nuevas obligaciones documentales aparte de las ya vigentes por el Brexit.