Las medidas restrictivas aplicadas de forma unilateral por Alemania, República Checa, Austria, Bélgica, Francia o Portugal están dibujando un escenario muy complicado para el transporte de mercancías por carretera. Por esta razón, la IRU ha solicitado a la Comisión Europea que se ponga firme e imponga una armonización de las restricciones aplicadas para reducir el número de contagios por COVID-19 que puedan afectar al transporte de mercancías por carretera. Y es que la premisa de mantener los ‘corredores verdes’ abiertos ha caído en saco roto.
Las nuevas medidas de control fronterizo aplicadas de forma unilateral por Alemania, Austria o República Checa han sembrado el caos en el transporte de mercancías por carretera en toda Europa. Rutas como la que unen Italia hacia el norte y el este del continente a través del paso del Brennero se han convertido en un campo de minas ya que ninguno de los tres países que se han posicionado de una manera más dura han previsto exenciones a las restricciones para los conductores profesionales, supeditando el paso fronterizo a tener test de COVID-19 negativos.
Ante esta situación, IRU ha remitido una carta a la Comisión Europea para pedir que entre en acción e impida el establecimiento de medidas unilaterales por parte de los Estados miembro que afecten a la libre circulación de mercancías por Europa. La IRU insta a la Comisión a que obligue a los países miembro de la Unión Europea a respetar el compromiso de mantener las fronteras abiertas. Al final, está en juego la cadena de suministro y el abastecimiento de productos básicos, ya que decenas de miles camiones utilizan las rutas ahora paralizadas por los cierres fronterizos.
Mientras la situación se enquista, las pruebas de COVID-19 a las que se tienen que someter los conductores como requisito para cruzar la frontera en el paso de Brennero en la frontera entre Italia y Austria están provocando situaciones caóticas. Los conductores han tenido que hacer cola para someterse a esos test a -13º C en procesos multitudinarios en los que hay un mayor riesgo de contagio y van a provocar que los conductores tengan que pararse en los accesos durante días. Situaciones similares se están viviendo en las fronteras entre Alemania, República Checa y Austria, mientras los chóferes sienten que se les trata peor que animales.